Se trata de un árbol pequeño o arbusto muy ramificado, perteneciente a la familia de las teáceas. Presenta una altura de 1mt. a 2mts, con hojas alternas, persistentes, oval-oblongas, cortamente pecioladas y dentadas en los 2/3 basales, flores axilares, blanquecinas, agrupadas en dos o tres unidades. Fruto capsular con dos o tres semillas.
Es originario de China e India. Se cultiva en regiones con clima cálido y húmedo. Hay dos tipos principales de té: el té negro y el té verde. Conviene aclarar que no se trata de dos especies diferentes, sino que son el producto de dos maneras distintas de procesar la misma planta,: Camelia sinensis.
El té verde es un tipo de té Camellia sinensis que no ha sufrido una oxidación durante El té verde es un tipo de té Camellia sinensis que no ha sufrido una oxidación durante su procesado, a diferencia del té negro, ya que las hojas se recogen frescas y después de someterse al secado, se prensan, enrollan, trituran y finalmente se secan. El té verde supone entre una cuarta y una quinta parte del total de té producido mundialmente. Los principales países productores de té verde son China, Japón y Vietnam. Se ha hecho más popular en Occidente, que tradicionalmente toma té negro.
Historia: Los chinos fueron los primeros en descubrir el té, y en este país se encuentran la mayoría de variedades de esta infusión. El té ha sido utilizado como bebida medicinal para promover la salud en mente y cuerpo durante cinco milenios. La más remota referencia al té como una ayuda de la salud es de 2737 a. C. Esta bebida era una muy costosa en la antigua China. Su uso fue limitado a los segmentos opulentos de la población. Solamente en la Dinastía Ming después de la caída del Imperio mongol, la toma de té se extendió a la plebe.
Cuando China fue la potencia naval del mundo (1405-1433), el té estuvo entre las provisiones indispensables de los marineros. La cantidad de vitamina C en la bebida de té consumida por los navegantes en ese tiempo era suficiente para prevenir el escorbuto, el cual mataría a muchos marinos europeos más de 200 años después.
El té en sus múltiples presentaciones es la tercera bebida más popular del mundo después del agua y el café. La costumbre de servir hojas de la planta del té (Camellia sinensis) para conferir un buen sabor al agua hervida se utilizó por primera vez en China hacia el año 2700 a. C. y desde ese momento se ha expandido a casi todas las regiones del mundo con una gran aceptación de los consumidores.
Consumido inicialmente como un tónico medicinal, la popularidad del té fue creciendo hasta convertirse en una bebida mística que desarrolló nuevas tradiciones y rituales para su consumo. El té fue tan importante para la cultura china que incluso tuvo su Edad de Oro -durante la dinastía Tang- y su libro sagrado, el Cha Sing o Arte Clásico del Té, en el que se detallan de forma poética las diferentes técnicas y formas de prepararlo. Otra contribución del té fue el desarrollo de la cerámica en China, con el propósito de desarrollar utensilios para su consumo que caracterizaran y diferenciaran la riqueza de la gente que los poseía.
Leyendas sobre el origen de la bebida: Según la leyenda popular China, el descubrimiento del té fue una maravillosa coincidencia. Su descubrimiento se atribuye al erudito emperador chino Shen Nung, o Shenong, quien durante su mandato ordenó como obligatorio hervir toda el agua destinada para el consumo humano. Un día, mientras descansaba a la sombra de un árbol de té silvestre, una ligera brisa de verano agitó las ramas del árbol, desprendiendo varias hojas de sus ramas. Por buena fortuna, las hojas cayeron en el agua que estaba hirviendo. La infusión adquirió entonces un aroma agradable, que despertó la curiosidad del monarca por probar tal mezcla. La bebida, deliciosamente refrescante y reconstituyente, le cautivó instantáneamente.
La cultura hindú por su parte, atribuyó el descubrimiento del té al monje Bodhidharma —fundador de la forma de budismo Zen—, quien lo usaba como tónico medicinal y reconfortante durante sus viajes. Hoy en día, India es el segundo mayor productor de té a nivel mundial, a la vez que los tés de las regiones indias de Darjeeling y Assam son reconocidos como los más finos del mundo.
La ruta del té y los caballos: La ruta del té y los caballos fue una ruta comercial entre Lhasa en el Tíbet y la zona productora de té en Sichuan en China. Esta ruta que cruza la meseta del Tíbet, supera en algunos pasos alturas de 5000 metros sobre el nivel del mar. La ruta transportaba el té hacia Lhasa. En el sentido contrario comercializaban caballos. Estuvo activa hasta mediados del siglo XX. El primer tramo de la ruta entre Yaan y Kangding en China, donde el té era transportado por portadores, requería unos 20 días. Las cargas transportadas superaban frecuentemente el peso del propio portador. Hombres y mujeres llevaban hasta 135 kilogramos. Ancestralmente cada kilogramo de té transportado era recompensado con un kilogramo de arroz.
En Kangding, a unos 2550 metros sobre el nivel del mar, el té era cocido y envuelto en paquetes impermeables, protegidos con piel de yak, cargados en caravanas que demoraban 3 meses en llegar a Lhasa. Según antiguas tradiciones, la afición de los tibetanos por el té se remonta al siglo VII de nuestra era, introducido por la esposa china del monarca tibetano. El té utilizado en el Tíbet es la variedad más rústica de la planta del té. En efecto los bloques de té enviados se preparan, hasta nuestros días, con los tallos, las ramas y las hojas más grandes, lo que lo hace más amargo.
A partir del siglo XVIII los ladrillos de té se convirtieron en moneda de cambio, en el siglo XII el comercio alcanzaba anualmente millones de kilos para cambiarlos por unos 25.000 caballos para el ejército chino.
El Libro del Té: Sus beneficios medicinales han sido descritos hace más de un milenio. El Kissa Yojoki, o Libro del Té, escrito por el prior Zen Eisai en 1191, describe cómo la bebida de té verde da efecto positivo en los cinco órganos vitales, especialmente el corazón. El libro discute sobre las cualidades medicinales del té verde incluyendo el disipado de los efectos nocivos del alcohol, actuando como estimulante, curando enfermedades de piel, apagando la sed, eliminando indigestiones, curando beriberi, previniendo la fatiga, mejorando las funciones urinarias y del cerebro. También en la Parte Uno explica las formas de las plantas de té, sus flores y sus hojas, cubre cómo crecen las plantas y los procesos de sus hojas. En la Parte Dos, el libro discute dosis específicas y métodos requeridos para enfermedades individuales.
Sus principios Activos están en plenitud antes de la maduración, cuándo el grano está verde. La avena sativa se diferencia de otros ejemplares por sus componentes a nivel nutricional. Su mayor riqueza es el almidón, seguido de proteínas, grasa vegetal, y un generoso aporte de omega 3.
Avena sativa no tiene efectos secundarios conocidos. Se utiliza como un sistema tónico general nervioso, así como un tónico para la salud en general.
Tiene fibra y gluten, por lo que su ingesta no es apta para los celiacos.
Las infusiones de té verde contienen aminoácidos entre sus componentes, los que más se destacan son la valina, arginina, niacina, teanina e histidina, estas dos últimas con interesantes propiedades para mejorar el funcionamiento del aparato circulatorio. Además de fluidificar la sangre, ayudan a prevenir la aparición de trombosis. Por otra parte, el té verde tiene alcaloides, siendo los más importantes, debido a su concentración, la cafeína y la teína. Estas sustancias son altamente estimulantes, por lo que la ingesta en dosis elevadas de té verde puede provocar efectos secundarios.
El té verde tiene una gran variedad de ácidos, entre los que se destacan el ácido ascórbico (vitamina C), el cafeico, salicílico y el nicótinico. Por otra parte, la infusión de te verde posee sales minerales dentro de sus componentes, siendo las que se encuentran en mayor cantidad, el potasio, el fósforo y el magnesio. Una de las mayores virtudes que posee el té verde, es su propiedad como antioxidante, la cual está determinada por su alto contenido de polifenoles, principalmente del tipo catequinas. Además, el té verde tiene taninos, sustancias que incrementan la acción antioxidante de esta infusión.
Las hojas del té poseen dentro de su composición una cantidad considerable de fibras, las cuales estimulan la realización de los procesos digestivos. El té verde tiene vitaminas, siendo las que se encuentran en mayor cantidad la vitamina B, C y E. Contiene el té taninos catéquicos y derivados polifenólicos, como los flavonoides kenferol, quercetol y miricetol. Los componentes más conocidos del té, y los más apreciados por su efecto, son sin duda las bases xánticas, la principal de las cuales es la cafeína, aunque también contiene teofilina y teobromina.
El té verde contiene importantes cantidades de L-teanina, una sustancia nootrópica y adaptogénica que potencia la actividad cognitiva, induciendo la neurogénesis adulta, y mejorando procesos cognitivos tales como memoria, atención, concentración y aprendizaje.
El carácter chino para té es 茶 y tiene pronunciaciones diferentes en distintas lenguas chinas. La mayoría de éstas lo pronuncian de modo cercano a cha (en mandarín se dice chá), pero en chino min (hablado en la costa central de China y en el sureste asiático) se pronuncia te. Son estas dos pronunciaciones de la palabra china para té las que han sido usadas en otros lenguajes alrededor del mundo y revelan dónde fue que estas naciones adquirieron la cultura del té. El té verde (chino tradicional: 綠茶, chino simplificado: 绿茶, pinyin: Lǜ chá)
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